Fructífero. - Observa el juego con el nombre de Ephraim.

El viento del Señor está en oposición al viento del este. Haz que un viento del Señor se levante del desierto. Se hace referencia a los ejércitos de Asiria.

Vuélvete desolado. - O mejor dicho, sufrir un castigo. Así rueda el trueno del juicio Divino en un último y tremendo estallido de fatalidad, más allá del cual apenas se puede pensar o decir algo peor. No es hasta que se alcanza el terrible silencio, después del estallido de la denuncia, que el profeta espera que su llamado no sea en vano. En el último capítulo, pronunciado con el más suave humor, muestra un arco de promesa pintado en la oscuridad de la nube de tormenta.

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