Él ... yo . - La especial dificultad de este salmo, sus abruptos cambios de persona, nos encontramos al principio. El texto literalmente traducido dice: “ Él sentado en el escondite del Altísimo; A la sombra del Omnipotente morará, digo a Jehová: Mi refugio y mi fortaleza, Dios mío, en él confío. El cambio en la última cláusula no presenta ninguna dificultad particular, ya que ocurren muchos casos similares; pero eso de la tercera persona, en el primer verso, a la primera, en el segundo, es muy incómodo, y se han adoptado muchos cambios para salir de él.

Lo mejor es suministrar la palabra bienaventurado: “ Bienaventurado el que”, etc. [16] Deben notarse los diferentes nombres de Dios empleados aquí. Mediante su acumulación, el poeta hace que la suma de seguridad sea doblemente segura.

[16] La omisión de esta palabra por parte de un copista sería muy natural, por su confusión con el encabezamiento numérico del salmo y la letra inicial de la palabra que ahora lo comienza.

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