Verso Deuteronomio 8:4 . Tu vestido no se envejeció. El significado claro de este texto tan torturado me parece que es este: "Dios les proveyó tan ampliamente de todas las necesidades de la vida, que nunca se vieron obligados a llevar ropas andrajosas, ni se lastimaron los pies por falta de zapatos o sandalias". Si tenían talladores, grabadores, plateros y joyeros entre ellos, como se desprende claramente del relato que tenemos del tabernáculo y sus utensilios, ¿es de extrañar que también tuvieran fabricantes de hábitos y sandalias, etc., como estamos seguros de que tenían tejedores, bordadores y otros similares? Y el tráfico que podemos suponer que llevaban a cabo con los moabitas, o con las hordas viajeras de árabes, sin duda les suministraba los materiales, aunque, como tenían abundancia de ovejas y ganado limpio, debían tener mucho de los materiales dentro de ellos mismos. Generalmente se supone que Dios, por un milagro, preservó sus ropas del desgaste: Pero si se admite este sentido, se requerirá, no un milagro, sino una cadena de los más sucesivos y asombrosos milagros jamás realizados, para explicar la cosa, pues como había no menos de 600.000 varones nacidos en el desierto, implicaría que la ropa del infante crecía con el aumento de su cuerpo hasta llegar a la edad adulta, lo que requeriría que un milagro se realizara continuamente en cada hilo, y en cada partícula de materia de la que ese hilo estaba compuesto. Y esto no es todo; implicaría que las ropas de los padres se redujeran milagrosamente para ajustarse al cuerpo del niño, con cuyo crecimiento debían volver a estirarse y crecer, etc. No era necesaria tal interferencia milagrosa.

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