Verso Hechos 12:24. Pero la palabra de Dios... La doctrina cristiana predicada por los apóstoles crecía y se multiplicaba -se hacía más evidente y tenía adhesiones diarias-, pues el espíritu de la revelación descansaba en aquellos hombres, y Dios iba añadiendo cada día a esa palabra según lo exigían las circunstancias, para completar ese testimonio suyo que ahora encontramos contenido en el Nuevo Testamento. Como hay en el original una alusión a la vegetación del grano, (ηυξανε, creció, como crece el maíz, el tallo y la espiga; και επληθυνετο, se multiplicó, como el maíz en la espiga llena,) probablemente hay una referencia a la parábola del SEMBRADOR y su semilla; porque la semilla es la palabra de Dios, y la doctrina del reino. Fue sembrada generosamente, creció vigorosamente y se multiplicó en gran medida. ¿Y por qué? Porque era la palabra, la doctrina de Dios; no había corrupción en ella; y porque Dios la regó con el rocío del cielo desde lo alto.

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