Versículo 29. Toda la ciudad se llenó de confusión...  De este modo, encontramos que la paz de toda la ciudad se vio perturbada, no por un apóstol que predicaba el Evangelio de Cristo, sino por un bribón interesado y sin principios, que ni siquiera alegó conciencia por lo que hacía; pero que fue mediante esta astucia que él y sus compañeros obtuvieron su riqueza, y temía perderla.

Se apresuraron a entrar en el teatro... Los teatros, al ser lugares muy amplios y cómodos, se utilizaban a menudo para las asambleas populares y las deliberaciones públicas, especialmente en asuntos que afectaban a la seguridad del Estado. Hay varias pruebas de ello en los autores antiguos. Así, Tácito, Hist. ii. 80, hablando de Vespasiano, dice: Antiochensium theatrum ingressus, ubi illis consultare mos est, concurrentes et in adulationem effusos alloquitur. "Habiendo entrado en el teatro de los antioquenos, donde se acostumbraba a celebrar consultas, el pueblo corriendo y siendo profuso en halagos, se dirigió a ellos". Frontino, en Stratagem lib. iii. cap. 2, hablando de una reunión pública en el teatro de Agrigentum, observa, ubi ex more Graecorum locus consultationi praebebatur; que, según la costumbre de los griegos, es el lugar para la deliberación pública. Véanse varios ejemplos en Kypke.

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