Verso 33. Con gran poder dieron testimonio los apóstoles... Este poder lo recibieron del Espíritu Santo, que los capacitó, μεγαλη δυναμει, con llamativos milagros, para dar pruebas de la resurrección del Señor Jesús; pues este es el punto que había que demostrar particularmente: que fue muerto y sepultado, todos lo sabían; que resucitó de entre los muertos, muchos lo sabían; pero era necesario dar pruebas tales que convencieran y confundieran a todos. Esta predicación y estos milagros demostraban esta verdad divina: Jesús murió por vuestros pecados; resucitó para vuestra justificación; mirad lo que Dios hace en confirmación de estas gloriosas verdades; creed, pues, en el Señor Jesús, y no pereceréis, sino que tendréis vida eterna.

Gran gracia fue sobre todos ellos... Todos ellos recibieron mucho del favor o la gracia de Dios; y tuvieron mucho favor con todos los que temían a Dios. De ambas maneras puede entenderse esta cláusula; pues χαρις significa favor, ya sea que se evidencie por benevolencia o beneficencia, o por ambas. El favor de Dios es la benevolencia de Dios; pero su benevolencia nunca se ejerce sin el ejercicio de su beneficencia. De ahí que la gracia o el favor de Dios implique siempre una bendición o don de la mano de su misericordia y poder. El favor o la benevolencia de los hombres puede existir sin la beneficencia, porque puede no estar en su poder comunicar ningún don o beneficio, aunque estén dispuestos a hacerlo; o, en segundo lugar, las personas que disfrutan de su favor pueden no estar en necesidad de ninguno de sus actos bondadosos; pero no es así con Dios: su buena voluntad está siempre acompañada por su buena obra; y cada alma que es un objeto de su benevolencia está en la mayor necesidad de los actos de su beneficencia. Por eso, como amó al mundo, dio a su Hijo en rescate por todos. Todos necesitaban su ayuda; y, como todos la necesitaban, todos la tuvieron. Y, en verdad, podemos decir de todo el género humano, por el que el Hijo de Dios probó la muerte, que la gran gracia recayó sobre todos; porque TODOS han sido comprados por su muerte sacrificial. Esto por cierto.

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