Versículo 34. Jesucristo te sana... No Pedro, pues no tenía más poder que el que le fue dado desde arriba. Y, como instrumento, cualquier hombre podía sanar con este poder tan bien como Pedro; pero Dios eligió poner el honor en aquellos primitivos predicadores de su palabra, para que los hombres vieran que estaban comisionados desde el cielo.

Levántate y haz tu cama... Da ahora plena prueba de que Jesucristo te ha sanado, levantándote y haciendo tu cama. Estaba en su casa, y por lo tanto no se le ordenó, como al paralítico, que tomara su cama; pero se le ordenó que la hiciera, que la tendiera de nuevo, para que todos vieran que la curación era perfecta.

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