Verso Juan 10:5. Y a un extraño no seguirán... Es decir, un hombre que, pretendiendo ser pastor del rebaño de Dios, es un extraño a la salvación que profesa predicar. Su modo de predicar pronto prueba, para aquellos cuyos corazones están familiarizados con las verdades de Dios, que él es un extraño para ellos; y por eso, sabiendo que se ha metido en el redil de manera indebida, lo consideran ladrón, salteador y homicida; ¿Y quién puede culparlos si abandonan por completo su ministerio? Hay predicadores de este tipo entre todas las clases.

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