Verso 32. Tengo que comer algo que vosotros no sabéis. Nuestro bendito Señor aprovecha todas las oportunidades para elevar las mentes de sus apóstoles a las cosas celestiales, a través de los asuntos terrenales. Pero no obliga a estas cosas a prestar tal servicio. Bien entendidas, las sustancias terrestres son tipos, representantes y sombras de las cosas celestiales.

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