Versículo 41. No recibo honor de los hombres... No tengo necesidad de ti ni de tu testimonio. No actúo ni por interés propio ni por vanidad. Tu salvación no puede añadirme nada, ni tu destrucción puede dañarme: sólo hablo por el amor que tengo por vuestras almas, para que seáis salvos.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad