Verso 46. o es que nadie haya visto al Padre... Él no enseña a los hombres apareciendo personalmente ante ellos, ni por ninguna otra voz externa que la de su palabra y sus mensajeros; sino que enseña por su Espíritu. Esta enseñanza de Dios implica:

1. Que tendrán una instrucción adecuada.

2. Que la comprenderán; porque, cuando Dios enseña, no hay retraso en el aprendizaje. Y,

3. Que esta enseñanza sea por la influencia del Espíritu Santo en sus mentes.

El que es de Dios... Es decir, sólo Cristo: ni Moisés ni ninguno de los profetas había visto jamás a Dios: Jesús, que yacía en el seno del Padre, ÉL lo vio y lo reveló,  Juan 1:18.

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