Sin embargo, el centurión creía que el maestro y el dueño de la nave, ... que eran una persona y la misma persona, o si dos personas, el que era el propietario, cuyo barco era, y el otro, el que estaba en el timón, y dirigió y lo dirigió; o el que podría ser el capitán, y el otro el piloto. El κυβερνητης, o "gobernador", ya que se llama aquí con los antiguos, fue el que se sentó en una eminencia en la popa de la nave, al timón, y tenía la dirección de la misma; Dio las órdenes, que otros se ejecutaron: lo que lo calificó para su puesto principalmente yacía en tres cosas; en el conocimiento de las constelaciones, y los vientos, de lo primero que podría dirigir el curso del barco según ellos, y por ellos prever tiempos tempestuosos, y de este último, para que pueda familiarizarse con los varios puntos, desde donde Ellos soplaban; También en el conocimiento de los puertos, y lugares para poner, y de rocas y arenas, que podrían escapar; Asimismo, en el conocimiento del uso del timón, y las velas L; Por una parte de su negocio, como observa M Seneca, fue dar órdenes después de esta manera; Entonces, y así, mueva el timón, así que, así que defiende las velas, c. En cada nave había un gobernador, y en las más grandes, a veces había dos n Aelianus, los carthaginianos siempre tuvieron dos gobernadores en un barco: la otra palabra, ναυκληρος, se encuentra en el glosario rendido "navicularius", que significa "el propietario " de El Barco; Y así lo hacemos; Aunque quizás sea lo mismo con el "Proreta", quien gobernó la proa o el jefe de la nave, y fue la siguiente en la dignidad al gobernador, y una especie de sub-gobernador; y su negocio era observar tempestads, explorar promontorios, rocas y arenas, y mostrarlos al gobernador O; Y así, Isidore P dice, el dueño del barco se llama Naucleros, porque el barco está en su lote, "Cleros" que significa lote: y, como estos mejores asuntos navales, Julius le dio más atención a lo que dijeron, y más bien los creyó. De.

que esas cosas que fueron habladas por Pablo; por un espíritu de profecía, que no tenía ninguna idea de; Porque aunque lo trató civilmente como un hombre, no le respaldó como un cristiano, o como se dio por alto con el Espíritu de Dios, que no sabía nada.

l Scheffer. De Militia Navali Veterum, l. 4. c. 6. p. 296, 297. M EP. 95. n var. HIST. l. 9. c. 40. Oh Scheffer. ib. pag. 302, 303. P origenum, l. 19. c. 1. p. 162.

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