(13) Y si un miembro sufre, todos los miembros sufren con él; o un miembro sea honrado, todos los miembros se regocijan con él.

(13) Ahora aplica esta misma doctrina a los corintios sin ninguna alegoría, advirtiéndoles que como hay diferentes funciones y diferentes dones, es su deber no ofenderse unos a otros, ya sea por envidia o ambición. En cambio, al estar unidos en amor y caridad unos con otros, cada uno de ellos debe otorgar en beneficio de todo lo que ha recibido, según lo requiera su ministerio.

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