(14) ¿Qué? ¿No sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo [que está] en vosotros, el cual tenéis de Dios, y (15) no sois vuestro propio?

(14) El tercer argumento: porque un fornicario es sacrílego, porque nuestros cuerpos están consagrados a Dios.

(15) El cuarto argumento: porque no somos nuestros propios hombres, para entregarnos a cualquier otro, mucho menos a Satanás y a la carne, ya que Dios mismo nos ha comprado, y eso con un gran precio, a fin de que ambos en cuerpo y alma, debemos servir para su gloria.

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