Y Naamán, capitán del ejército del rey de Siria, era un gran hombre con su señor, y honorable, porque por él Jehová había dado (a) liberación a Siria; también era un hombre valiente en era] un leproso.

(a) Aquí parece que entre los infieles Dios tiene el suyo, y también que los infieles estiman a los que hacen el bien a su país.

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