Solo ten cuidado de ti mismo, y (h) guarda tu alma con diligencia, no sea que te olvides de las cosas que han visto tus ojos, y no se aparten de tu corazón todos los días de tu vida; pero enséñales a tus hijos y a tus hijos ' hijos;

(h) Agrega todas estas palabras para mostrar que nunca podremos ser lo suficientemente cuidadosos para guardar la ley de Dios y enseñarla a nuestra posteridad.

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