Cuando vayas a la casa de Dios, guarda tu pie, y sé más dispuesto a oír que a dar el sacrificio de los necios, porque no se dan cuenta de que hacen el mal.

(m) Es decir, con qué cariño llegas a escuchar la palabra de Dios.

(n) Es decir, de los malvados, que piensan en agradar a Dios con usos comunes, y no tienen fe ni arrepentimiento.

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