Tu (g) ​​madre [es] como vid en tu sangre, plantada junto a las aguas: fructífera y llena de ramas a causa de muchas aguas.

(g) Habla esto en el oprobio de este rey inicuo, en cuya sangre, es decir, en la raza de sus predecesores, Jerusalén habría sido bendecida según la promesa de Dios y florecido como una vid fructífera.

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