Tu madre, la de la familia real y de Israel y Jerusalén en general, es como una vid en tu sangre, plantada junto a las aguas, o "plantada en paz y seguridad"; porque esta era originalmente la condición de Israel. Ella fue fructífera y llena de ramas a causa de muchas aguas, en una posición donde era posible el crecimiento más rico y fuerte, porque Canaán era una tierra que fluía leche y miel, e Israel tenía la promesa de bendiciones del Señor.

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