(8) Por tanto, cuando tengamos oportunidad, hagamos el bien a todos, especialmente a los de la familia de la fe.

(8) Aquellos que son de la familia de la fe, es decir, aquellos que están unidos a nosotros en la profesión de una misma religión, deben ser preferidos a todos los demás, pero de tal manera que nuestra generosidad se extienda a todos.

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