(8) Entonces, cuando los amenazaron más, los dejaron ir, sin encontrar nada de cómo castigarlos a causa del pueblo: porque todos [los hombres] glorificaron a Dios por lo que había hecho.

(8) Los malvados están tan lejos de hacer lo que desean, que Dios los usa en contra de sus deseos para exponer su gloria, lo cual les da permiso para hacerlo.

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