Pero juzgará al pobre con justicia, y redarguirá con equidad por los mansos de la tierra; y herirá la tierra con la vara de su boca, y con el espíritu de sus labios matará al impío.

(b) Todas estas propiedades no pueden convenir a nadie, sino solo a Cristo: porque él toca el corazón de los fieles y mortifica su concupiscencia; y para los impíos es el favor de la muerte y para los que perecerán, para que todo el mundo sea herido con su vara, que es su palabra.

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