En aquel día sus ciudades fortificadas serán como rama desamparada y rama superior que dejaron a causa de los hijos de Israel; y habrá desolación.

(l) Así como los cananeos dejaron sus ciudades cuando Dios colocó a los israelitas allí, las ciudades de Israel no podrán defender a sus habitantes más que los arbustos, cuando Dios enviará al enemigo para plagarlos.

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