Y su aliento, como torrente desbordado, llegará hasta la mitad del cuello, para zarandear a las naciones con el cedazo de (a) vanidad; y [habrá] freno en las fauces de los pueblos, haciéndolos caer. equivocarse.

(a) Para llevarte a la nada: y así Dios consume al impío por ese medio, por el cual él limpia a los suyos.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad