Su aliento, como un torrente desbordado. - El agua aporta su simbolismo, así como el fuego. La ira del juez avanza como un torrente otoñal, amenazando con engullir todo lo que se interponga en su camino.

Para zarandear las naciones con el tamiz de la vanidad. - Mejor, el aventado abanico de la nada. Tamizar es, como en todas partes, el símbolo del juicio (así Osiris aparece en los monumentos egipcios armado con un mayal, como el juez de los muertos; Cheyne), y el “abanico” en este caso es uno que amenaza con aniquilar al culpable.

Una brida en las fauces del pueblo. - Las palabras encuentran un paralelo en Isaías 37:29 . Los enemigos de Jehová deberían encontrarse bajo un poder restrictivo, que los conduciría contra su voluntad a su propia destrucción. Quem Deus vult perdere, prius dementat.

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