Y su aliento, como torrente que se desborda, llegará hasta la mitad de la nuca, para zarandear a las naciones con cedazo de vanidad; y freno habrá en las quijadas de los pueblos, haciéndolos errar.

Su aliento, como un torrente que se desborda.

Llegará a la mitad del cuello, el peligro más extremo. Sin embargo, como la cabeza o capital de Judá iba a ser perdonada, por lo que el jefe o soberano de Asiria, Senaquerib, debe escapar.

Tamiz de vanidad: el abanico de destrucción (Lowth).

 Una brida en las fauces del pueblo, como se representa a los prisioneros en las inscripciones asirias.

Haciéndoles errar, "Pueblo", Hebreo, pueblos; a saber, las diversas razas que componen los ejércitos asirios.

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