Ay de los que llaman al mal bien, (a) y al bien mal; que ponen tinieblas por luz y luz por tinieblas; que ponen amargo por dulce y dulce por amargo!

(a) Quienes no se avergüenzan del pecado, ni se preocupan por la honestidad, sino que han llegado a una impiedad desesperada.

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