Entonces dije: ¡Ah, Señor DIOS! Ciertamente has engañado mucho a este pueblo ya Jerusalén, diciendo: Paz tendréis; aunque la espada llegue al alma.

(h) Por los falsos profetas que prometieron paz y tranquilidad: y así has ​​castigado su rebeldía terquedad haciéndoles escuchar mentiras que no creyeron tu verdad, ( 1 Reyes 22:23 ; Ezequiel 14:9 ; 2 Tesalonicenses 2:11 ).

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