Ahora el SEÑOR había preparado un gran pez para que se tragara a Jonás. Y estuvo Jonás en el vientre del pez tres días y tres noches.

(m) Así, el Señor castigaría a su Profeta con el más terrible espectáculo de la muerte, y con esto también lo fortaleció y alentó de su favor y apoyo en este deber que le fue encomendado.

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