(11) De ahora en adelante no hablaré mucho con ustedes, porque viene el príncipe de este mundo, y nada tiene en mí.

(11) Cristo va a la muerte no de mala gana, sino voluntariamente, no porque se esté sometiendo al diablo, sino porque está obedeciendo el decreto de su Padre.

(m) Como uno diría, "Satanás eventualmente se lanzará sobre mí con todas las fuerzas que pueda, pero no tiene poder sobre mí, ni encontrará en mí nada de lo que él cree que hará".

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