(8) Y comenzó a enseñarles que el Hijo del Hombre tenía que padecer mucho, y ser rechazado por los ancianos, los principales sacerdotes y los escribas, y ser muerto y resucitar después de tres días.

(8) Todo lo que Cristo sufrió por nosotros, no lo padeció de mala gana, ni como inconsciente, sino de antemano y de buena gana.

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