(1) Y él abrió su boca y les enseñó, diciendo:

(1) Cristo enseña que el mayor gozo y felicidad no está en las comodidades y placeres de esta vida, sino que está guardado en el cielo para aquellos que voluntariamente descansan en la buena voluntad y el agrado de Dios, y se esfuerzan por beneficiar a todos los hombres, aunque están cruelmente afligidos y turbados por los del mundo, porque no se adaptan a sus caminos.

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