(8) Y yo también estoy convencido de vosotros, hermanos míos, que también vosotros estáis llenos de bondad, llenos de todo conocimiento, capaces también de amonestaros unos a otros.

(8) La conclusión de la epístola, en la que en primer lugar se disculpa, de que les ha escrito algo extensamente, más bien para advertirles que para enseñarles, y la necesariamente, en razón de su llamamiento, que lo obliga en un camino especial a los gentiles.

(l) Por su propia voluntad y por ustedes mismos.

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