Los benditos efectos del interés de David por Dios se manifiestan en su éxito en todo aquello en lo que puso su mano. El Señor preservó a David dondequiera que fue. Dulce pensamiento para las almas de los bondadosos. Pero debemos mirar más allá de David en esta historia, para ver a aquel de quien David en muchos casos no era más que el tipo. Todos los que se oponen al Hijo de David perecerán. Jesús debe seguir conquistando y conquistando. Sus dominios serán de mar a mar, y desde el río hasta los confines de la tierra. Salmo 72:8 .

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