(23) Y corrieron y lo sacaron de allí; y estando entre el pueblo, era más alto que todos los del pueblo de hombros y más arriba. (24) Y Samuel dijo a todo el pueblo: ¿Veis al que el SEÑOR ha escogido, que no hay otro como él en todo el pueblo? Y todo el pueblo gritó y dijo: Dios salve al rey. (25) Entonces Samuel contó al pueblo la manera del reino, lo escribió en un libro y lo puso delante del SEÑOR. Y Samuel despidió a todo el pueblo, cada uno a su casa. (26) Y Saúl también se fue a su casa en Guibeá; y fue con él un grupo de hombres, cuyos corazones Dios había tocado.

La gente parece haber quedado impresionada por su apariencia majestuosa y, por lo tanto, lo aclamó como rey. Y algunos lo miraban tanto como para atenderlo personalmente en casa. Cuando Dios toca sus corazones, entiendo, se entiende como Dios tocó el suyo, es decir, los inclinó a respetarlo. No se pretende ningún cambio de gracia salvador. No la regeneración del corazón por gracia. El sujeto se refiere únicamente a cosas de carácter temporal.

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