Este es un hermoso relato de Judá; y su unanimidad en esta solemne ocasión. Sin duda la cosa era del Señor. ¡Oh! querido Jesús! Cuán dulce es cuando tus iglesias, como las de antaño, son de un solo corazón y una sola alma; todos luchando por la fe del evangelio. Hechos 4:32 .

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