Y otro ángel le siguió, diciendo: Ha caído, ha caído Babilonia, esa gran ciudad, porque ha dado a beber a todas las naciones del vino del furor de su fornicación.

Aquí está la segunda Embajada, y llega a un período aún más remoto, mirando de hecho hacia aquellos tiempos, cuando la herejía de Occidente, bajo el Papa, debería comenzar a ceder. No pretendo conocer el período; pero encuentro que algunos lo han hecho, y lo fijé alrededor del comienzo del siglo XV. La caída de la mística Babilonia, es decir, Roma, comenzó mucho por esta época. El Señor suscitó ciertos personajes de entre su propia comunión, lo que comenzó a poner en tela de juicio su autoridad.

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