Un lector común tiene una pequeña dificultad al observar que las palabras de la mano que escribe en la pared y la manera en que Daniel las interpreta no son las mismas. ¡La palabra MENE es dos veces! que todo el que sabe algo de la lengua hebrea, sabe, es una forma común de expresar una cosa como cierta. TEKEL, has sido pesado y hallado ligero: estas palabras, son como las representaba la escritura de la pared.

Pero la otra palabra, UPHARSIN, difiere de lo que hizo Daniel, PERES. Pero cuando se le dice al lector que PERES es el número singular de UPHARSIN, esto lo explica y elimina la dificultad. PERES, El lo reparte, es decir, Dios lo ha hecho. UPHARSIN, Lo dividieron, es decir, los medos y los persas, como ministerio de Dios. Como los idiomas caldeo y hebreo sin duda se habían mezclado en muchas ocasiones, parece haber aquí una combinación de ambos: de modo que es probable que Daniel tuviera ambos en mente; el uno a la división del reino, y el otro a la nación a la que fue dado, es decir, tanto los medos como los persas.

Ciro el persa la conquistó; y Darío el Medo, un príncipe cómplice en colega de Ciro, por acuerdo fue hecho rey sobre él. No parece que el pobre Profeta alguna vez hizo una aparición pública en su escarlata y oro; y de hecho, desde la muerte del rey esa misma noche, debería parecer improbable que alguna vez lo hiciera. Pero, ¿qué eran esas cosas entonces, o qué son ahora, sino como juguetes de niños para los siervos del Señor?

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