El tema termina como podría esperarse que termine. El siervo fiel de Dios es liberado: el enemigo abatido; y el mismo Señor Jesús adoró en la salvación de sus escogidos. Por tanto, Señor, que todo tu pueblo te alabe, y en los menores ejercicios de los santos de Dios, dales fuerzas para su día, y envía tu salvación desde Sion, para bendecir a tu pueblo en Jerusalén. Amén.

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