REFLEXIONES

DE todas las dulces reflexiones que surgen de este capítulo, (y muchas e interesantes son), deseo principalmente tener mi alma dirigida a la contemplación de Jesús, en su amor a este pueblo que la ansiedad de Ester, por sus compatriotas. los judíos, tan fuertemente incita a la mente a considerar. Si ella sintió tal preocupación como para gritar: ¿Cómo podré soportar ver el mal que vendrá sobre mi pueblo? ¿O cómo podré soportar ver la destrucción de mis parientes? Piensa, lector, si es posible concebir que Jesús mire y sufra la muerte de alguno de los suyos. Recuerda el interés que tiene por ellos, la relación que tiene con ellos; la compra que hizo de ellos; el enorme precio que le costaron; el amor que tiene a su Padre que se los dio; y los dolores por los que ha pasado, para asegurar su salvación? ¿Y puedes suponer que es posible que él deje morir a uno de esos pequeños que confían en él? Considere lo que él es en sí mismo: su gloria, grandeza, omnipotencia y soberanía, como Dios y hombre en una sola persona.

Considere lo que es en su alianza con su pueblo: no hay una relación en la naturaleza, pero Jesús la llena. El es nuestro Padre eterno. Como aquel a quien su Padre consuela, (él mismo dice), así yo os consolaré a vosotros. Es el esposo de su iglesia, el hermano, el amigo. En definitiva, bajo los personajes más tiernos y entrañables, se dignifica representarse a sí mismo, como a modo de confirmación de su amor, que es más fuerte que la muerte y más vehemente en su calor que las brasas del fuego.

Y consideren lo que Jesús ha hecho para satisfacer sus almas, con la seguridad de su amor inalterable. Asumió la naturaleza misma del hombre, para convencer al hombre con una evidencia tan palpable de cómo era su corazón hacia su pueblo. Y habiendo permanecido como garantía nuestra, soportado nuestros pecados, soportado nuestros dolores, y aunque no conocía pecado en sí mismo, sin embargo, siendo hecho pecado, y aun maldición por nosotros, y habiendo satisfecho la justicia divina, respondió a toda la ley, tomó el El castigo, la transgresión consumada, puso fin al pecado, trajo una justicia eterna, lavó a los pobres pecadores con su sangre, los vistió con su justicia, ahora vive para ver todos los propósitos de su salvación, cumplidos plenamente: ¿puede perseverar hasta ve cualquier mal sobre su pueblo; ¿O aquellos por quienes murió llevados a la ruina eterna? ¿Puede Jesús mirar y contemplar la destrucción de su parentela? ¡Lector! piensa en esto y echa tu alma sobre el que te cuida? ¡Oh! precioso Jesús! Yo diría: hazme descansar con plena seguridad de fe y triunfar en ti y en tu gran salvación.

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