Nada puede ser más sorprendente en la prueba de que el amor, la gracia y la misericordia están en el fondo de todas las correcciones del Señor a Su pueblo, que lo que expresan esos versículos. La montaña santa del Señor, es decir, la Iglesia del Evangelio, será el lugar donde Jesús traerá a todos Sus redimidos, y donde todos serán aceptados en Él. El olor grato de su persona, sangre y justicia, será la única causa de gracia por la cual todos serán reunidos, todos bendecidos y eternamente felices.

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