REFLEXIONES

Aprende, alma mía, esa graciosa lección de vivir por encima de las ordenanzas mientras eres favorecido en el uso de ellas; para que cuando falten los medios, el SEÑOR de los medios, que nunca falta, sea tu porción para siempre. Y si en algún momento tu JESÚS te parece extraño, y por sus dispensaciones te habla ásperamente, no dudes nunca de que fieles son las heridas de tu amigo: todavía es un hermano nacido para la adversidad.

¡Salve, José espiritual! Tú, gobernador todopoderoso, y no menos hermano nuestro, en cuyas manos están todos los tesoros de la sabiduría y el conocimiento. A ti venimos por comida. Ante tu sagrada presencia doblaríamos la rodilla. En verdad somos verdaderamente culpables ante ti; porque, como los hermanos antinaturales, por nuestros pecados te vendimos, y por nuestras iniquidades escondimos nuestro rostro de la angustia de tu alma. Pero DIOS te ha enviado delante de nosotros para preservarnos una posteridad en la tierra y salvar nuestras vidas con una gran liberación. Núncianos, querido SEÑOR, cuán indigno sea tu favor; y danos de comer con ese pan vivo que descendió del cielo; así alabaremos tu misericordia y adoraremos tu nombre.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad