Es probable que este evento de la toma de Ashdod por parte de Tártaro, haya formado una época en la historia, tan notable, que no fue necesario registrar el año. Y sin duda, el hecho de que el profeta anduviera descalzo y sin su manto de cilicio, que solía llevar, hizo que la época también fuera memorable. Isaías debería parecer, mientras vestía cilicio, así predicado, por la pobreza y el luto de su vestimenta, así como por sus palabras.

Pero el Señor, su maestro, hará que ahora proclame sus verdades por tipo, así como por predicación. Bienaventurados los siervos del Señor en todas las épocas, cuyas vidas y discursos tienden a glorificar a Dios en Cristo.

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