REFLEXIONES

¡LECTOR! usted y yo perderemos todas las bellezas de estas escrituras, si de la representación que aquí se hace de la Iglesia, en los días de Jeremías no reunimos instrucción, para adaptarse a la Iglesia en la nuestra. Depende de él en todas las edades, más o menos, es lo mismo. ¡Oh! ¡Cómo languidece Sion! ¡Cómo se guardan las gloriosas verdades distintivas de nuestra santa fe, o se creen solo en parte! Y como estos pilares, y la base de la verdad, son recibidos con frialdad; así que en proporción, como Johanán y su grupo, buscamos más en un brazo de carne para nuestra confianza, que en el Dios vivo.

Así, pasando de una criatura a otra, buscamos la salvación de cualquier recurso y de cada recurso, en lugar de la única gran y consumada redención de Jesús. Ojalá el Señor diera gracia a su pueblo, para que en el momento presente se siguiera el consejo de Jeremías; para que permanezcamos en Cristo, para que el Señor nos edifique y nos plante en la gloriosa salvación por medio de Jesús. Porque entonces, cuando el Señor venga a bendecir su tierra y su pueblo, traerá consigo gracia para perdonar, gracia para renovar, gracia para santificar, gracia para salvar y una abundancia de gracia para permitirnos triunfar; sobre todos nuestros enemigos. ¡Precioso Señor! cumple todas tus misericordiosas dispensaciones para con nosotros, y vuelve a tu pueblo, como has dicho, un lenguaje puro, para que invoquen el nombre del Señor con un solo consentimiento.

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