(9) ¿Estará el unicornio dispuesto a servirte o acatar tu cuna? (10) ¿Puedes atar al unicornio con su banda en el surco? ¿O rasgará los valles tras de ti? (11) ¿Confiarás en él, porque su fuerza es grande? ¿O le dejarás tu trabajo?

Habiendo enseñado a Job, desde el punto de vista de la provisión de tales criaturas, lo irracional de su queja, el SEÑOR lo envía a aprender otra lección de la ingobernabilidad de las bestias más grandes del campo. Y por eso, como muestra claramente, la insensatez del hombre al ser reacio al gobierno divino.

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