REFLEXIONES

¡LECTOR! fíjense en el ejemplo de este Profeta de lo que todos los demás Profetas de Dios dan igual testimonio; el proceso de la gracia en todas las edades es el mismo. El pecado produce tristeza, y la tristeza según Dios por medio de la gracia conduce a Cristo para salvación. Desde el primer transgresor en el jardín del Edén, hasta el último hijo o hija caído de Adán hasta el fin del mundo, las enseñanzas divinas producen invariablemente el mismo efecto.

Por tanto, los padres a los hijos pueden dar a conocer la verdad del Señor y la alabanza del Señor. ¡Lector! Es muy bendecido ver, y aún más bendecido experimentar, nuestro propio interés personal en esas enseñanzas divinas. Yo, el Señor, te enseño para que obtengas provecho, que todo ojo iluminado pueda discernir y leer como la portada de toda la inspiración. Y cuando, en las correcciones y visitaciones del Señor, por el gran ejército del Señor, descubrimos claramente la mano del Señor; cuando en las langostas y los gusanos de la tierra, ambos oímos la vara y quién la dispuso; cuando las reprensiones paternales de un Dios misericordioso en Cristo son santificadas para llevar el corazón a Cristo: ¡oh! Cuán bienaventurados son los juicios que despiertan de nuestro Dios,

¡Señor! ¡Te ruego que pongas un clamor en cada corazón de tus redimidos! Invoque especialmente a los ministros de mi Dios en la presente terrible hora de la languidez de Sion, a clamar en voz alta y no escatimar, por la liberación del Señor de su pueblo. ¡Oh! para que el Señor tenga mucho celo por su Sión, y la haga aún la alabanza y la perfección de toda la tierra. Amén.

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