Bajo la figura de un enjambre de insectos que destruyen los frutos de la tierra, se representa el juicio del Señor sobre una tierra culpable. Es una bendición observar cómo el Señor suplica a su pueblo con esas llamativas visitaciones en los diversos períodos de su Iglesia; y con qué dulzura en medio de la corrección, el Señor manifiesta la causa por la que así los trata.

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