(13) Y los dejó, y, entrando de nuevo en el barco, se fue al otro lado. (14) Los discípulos se habían olvidado de llevar pan, ni tenían en el barco con ellos más de un pan. (15) Y les mandó, diciendo: Mirad, guardaos de la levadura de los fariseos y de la levadura de Herodes. (16) Y discutían entre sí, diciendo: Es porque no tenemos pan.

(17) Y sabiendo Jesús , les dijo: ¿Por qué pensáis que no tenéis pan? ¿Aún no percibís, ni entendéis? ¿Tenéis todavía endurecido vuestro corazón? (18) Teniendo ojos, ¿no veis? y teniendo oídos, ¿no oís? ¿y no os acordáis? (19) Cuando partí los cinco panes entre cinco mil, ¿cuántas canastas llenas de pedazos recogisteis? Le dijeron: Doce. (20) Y cuando los siete entre cuatro mil, ¿cuántas cestas llenas de pedazos recogisteis? Y ellos dijeron: Siete. (21) Y les dijo: ¿Cómo es que no entendéis?

Si todo el cuerpo de los Apóstoles estaba con CRISTO, el pan era una mesada escasa. Pero, sin embargo, Aquel que había realizado un milagro tan grande pero justo antes, pronto podría suplir. Los discípulos tenían entonces la misma complexión que ahora, pronto olvidadizos, para pasar por alto y olvidar el poder de CRISTO. Pero el precepto de CRISTO, tener cuidado con la levadura, tanto de los fariseos como de Herodes, es muy llamativo e importante.

La levadura farisea ha sido una mala hierba mortal en la Iglesia de CRISTO; es decir, me refiero a la verdadera Iglesia de CRISTO, que ha producido mucha obstrucción y enredo a la semilla pura. ¿Qué flaqueza de alma ha producido, y está produciendo ahora, en números de los corazones del pueblo de DIOS, quién calculará? La levadura de Herodes, y de los saduceos, debería concebirse, era como nuestros librepensadores, despreciando toda revelación. ¡SEÑOR! Yo diría, preserva a tu Iglesia de toda levadura falsa.

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