REFLEXIONES

¡Bendito Señor! Te damos gracias porque en medio de todas nuestras indignidades y partidas, como Israel, no has retirado nuestros sábados, ni has puesto el sol sobre nuestros Profetas. Aún hay en medio de nosotros, la bendita palabra de tu Evangelio, los medios de la gracia y el clamor proclamado cada día del Señor que regresa; el que tiene oído para oír, oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias. Y aunque en la hora presente Sion está arada como un campo, y el monte de la casa de Jehová yace bajo; sin embargo, has dicho que visitarás a tu pueblo en los últimos días y los reunirás como ovejas de Bosra. Haz, Señor, como has dicho: y apresúrate la hora propicia, cuando un pequeño se convertirá en mil, y el pequeño en una nación fuerte; porque tú has dicho: Yo, el Señor, lo apresuraré a su tiempo.

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