¡Oh, qué verso hay aquí! ¿Podría ser posible dar un relato más completo del bendito evangelio del Dios siempre bendito de una manera más completa? Israel se destruyó a sí mismo. Sí, así ha sido todo hijo e hija de Adán. Todos los hombres lo han hecho. Todo pecador lo ha hecho y es un asesino de almas. Luego viene el remedio, el único remedio; En mí está tu ayuda. ¿Y quién es el que habla así sino el Señor Jesucristo?

¡Mira, lector! cómo toda la salvación se pone en una pequeña brújula. Aquí está la gran ruina; y aquí el gran alivio. La destrucción es de nosotros mismos: la salvación está solo en Cristo. ¡Oh! por la gracia de conocerlo y encontrar la verdad salvadora para el gozo del alma.

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